Famorca: Pico de Serrella y Mallada del Llop.

La excursión de hoy, a pocos días de finalizar el año 2020, se ubica en la provincia de Alicante. Cabe indicar, que la carretera para llegar a nuestro destino de hoy es estrecha, serpenteante, con el paso por dos puentes de un único sentido, pero las vistas de los cortantes de las rocas desde la carretera, así como los emplazamientos  de los pueblos son espectaculares. La Sierra de la Serrella es considerada como la montaña más bella de la Provincia de Alicante, damos fe de ello, y se extiende sobre los términos de Beniardá, Confrides, Castell de Castells, Benasau, Quatretondeta, Gorga, Millena, Facheca y Famorca.  

Este último pueblo fue fundado por los musulmanes sobre el siglo XIII y tras varias vicisitudes, pasó de ser habitado por mallorquines a depender de la Baronía de Guadalest.  Famorca se hizo famosa en su época por las expediciones en mulas cargadas de nieve hacia la costa. El paisaje es de montaña y hay algún bosque de pinos, aunque predomina el monte bajo. Dentro del término municipal el pico más alto es La Mallá del Llop, que está en la sierra de Serrella, a 1361 metros de altitud. Al este del término municipal, hay varios abrigos con pinturas prehistóricas.

La ruta es circular de 11.50km y la realizamos, en sentido antihorario, en 6 horas con paradas incluidas. 

Os remitimos, a continuación, las recomendaciones de rigor y los avisos importantes a tener en consideración:

RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES 

Aparcamos en la plaza de la Font, junto al parque y el lavadero. Os dejamos el enlace al parking:

Esta mañana de domingo, es bastante fresquita, unos 6º C y nublada. Tomamos la pista cementada, que enfrenta el parque. al menos de un kilómetro y después de una curva, nos topamos con una flecha pintada en una pared de piedras. Luego, giramos por el diminuto sendero a la derecha ( la senda del Avenc) y emprendemos una subida, que no dejaremos hasta el pico de Serrella ( 1322m). 

Vamos cogiendo altura poco a poco y las vistas empiezan a sorprendernos, el camino, dado que llovió el día anterior, es un poco resbaladizo. Durante el trayecto, percibimos, las primeras imágenes del pueblo de Famorca. 

Seguimos en ascenso continuado, observamos un «cuchillo», unas formaciones sobre el flanco de la montaña y algunas casitas de regadío. 

Siempre arriba, pero bastante cómodo, el camino nos permite divisar el pueblo de Facheca. En el horizonte despunta el azul del mar. 

Conforme vamos ganando altura la senda se vuelve más pedregosa y conduce a un abrigo para el ganado. No perdiendo de vista, al pueblo que va cambiando de perspectiva. 

Más adelante, alcanzamos una explanada donde encontramos una fuente y nos dirigimos siguiendo la senda a la nevera, bastante bien conservada con 4 ventanas (A nuestro parecer, para evitar una caída involuntaria, debería tener una cerca en la entrada).  Proseguimos la caminata por un sendero estrecho por la derecha.

La vegetación es de maquis. áspera, con multitud de  plantas espinosas rasas y bajas, así como las aromáticas en flor. Estamos en el flanco de la sombría de esta montaña. Encontramos los rastros del pastoreo de ovejas con trozos de su lana prendidos en las agujas. 

El camino desemboca en el collado «Penya de la Terra Nova». Desde aquí, las vistas son increíbles tanto si miramos de frente, como a nuestras espaldas. Algunas rocas dibujan figuras, cada cual puede interpretarlas a su antojo.  

Siempre, guiándonos por las marcas en las rocas, emprendemos nuevamente una subida hasta alcanzar la cima, donde un montón de piedras en forma de hito, nos indica que hemos llegado al «Cim de la Serrella» a 1321m. Las fotos capturan los instantes efímeros de la belleza del entorno, pero no pueden plasmar del todo las sensaciones, que experimentamos durante los itinerarios. Desde la cresta, tocamos casi las nubes. 

De momento, seguimos las marcas blancas y rojas, serpenteando la cresta y deleitándonos del diaporama que nos ofrece esta montaña: embalse de Guadalest, montañas de Bernia y Aitana…

Queda muy poco para la Mallá del LLop. Allí, se ensancha un poco y disfrutamos de vistas excepcionales de 360º. Encontramos alguna simpática mascota de otros senderistas. Milo, posó ante el punto geodésico, que alberga un belén, por estas fechas. Nuestra Fosca, hoy, no nos ha acompañado. 

Seguimos un poco adelante, bajando hasta continuar por la cresta. Ahora, debemos ser precavidos para no perder la entrada a un sendero muy estrecho a nuestra izquierda, para ir bajando en zig-zag hasta llegar a La Canal. 

Llegamos a un corredor entre dos montañas, Els Aspres de Famorca, nos dirigimos a la derecha. Decidimos parar a comer en este bonito enclave. Un sendero nos muestra el camino, hasta llegar a marcas blancas y rojas, que delimitan dos vías. Debemos tomar la de la izquierda para volver a retomar altura.  

Al poco tiempo, vemos las primeras pedreras que jalonan los flancos. Vamos subiendo hasta alcanzar la cima.  

Desde aquí, nuevas perspectivas de la zona del embalse de Guadalest y su entorno desde esta parte de la montaña. 

Desde el pico de esta montaña, bajamos serpenteando el flanco por un sendero pedregoso y estrecho. Son otras vistas y seguimos encontrándonos con las migas de pelo en los espinos. 

En este camino de regreso, retomamos la sombría y cruzamos durante el trayecto varias pedreras impresionantes, unas con más desnivel que otras.  

Ahora, el trayecto de vuelta es bastante entretenido. El sendero es angosto y no apto para personas con vértigo.

Alcanzamos a un rebaño de simpáticas ovejas, que nos ganaba la delantera. Nos prestaron el paso para proseguir nuestra marcha.. 

El último tramo de este recorrido, es descendiente a través de bancales delimitados por paredes de piedras que los estratifican, en un continuo zig-zag. 

Esta fantástica ruta está a punto de finalizar. Bordeamos unos campos de olivos y retomamos la pista cementada, para entrar al pueblo, donde tenemos nuestro vehículo. 

Una gozada de ruta, entretenida, sorprendente y peculiar por una de las crestas agrestes, pero encantadoras de la provincia de Alicante. Muy recomendable, salvo si se padece de vértigo. ¡Hay que vivirla!

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Hasta la próxima aventurer@s!!!!