Château de Vaux Le Vicomte – Castillo de Vaux Le Vicomte

Tras la visita a los castillos de Compiègne, Pierrefonds, Chantilly, Valençay y Fontainebleau, la última parada de este verano 2023, es el emblemático château de Vaux le Vicomte. Edificado en el siglo XVII, por Nicolas Fouquet superintendente de finanzas de Luis XIV y procurador general del Parlamento de Paris, se encuentra al sur de esta ciudad, en Maincy. Impresiona por su tamaño, sus jardines y su historia. Abierto al público desde 1875, es el más grande monumento histórico privado en Francia, pertenece desde cinco generaciones a la familia Voguë.

Estratégicamente situado entre los dos castillos del rey: Vincennes y Fontainebleau, permitía a Fouquet encontrarse con su soberano cuando querría. Un castillo con intrigas que implican un complot con el mismo rey junto a Colbert y el arresto de Fouquet, por el mosquetero D’ Artagnan, tres semanas después de la famosa fiesta del 17 de agosto de 1661. Otros personajes ilustres han pisado las estancias del castillo y paseado por sus jardines como Mazarin, Molière y Jean de la Fontaine, entre otros.

Único por su arquitectura y sus jardines, el castillo de Vaux Le Vicomte inspira numerosos artistas, pintores, poetas, escritores, compositores…El rey Luis XIV se sirve de ese modelo para construir Versalles. Una verdadera obra de arte concebida por el trabajo en equipo de tres grandes de la época: Louis Le Vau (arquitecto), Charles le Brun (pintor) y André Le Nôtre (arquitecto de jardines).

Arte total que conjuga paisajismo, arquitectura y pintura. Crearon un nuevo estilo: los jardines a la francesa, harmonía entre los jardines y el monumento. Sus métodos, como la disposición geométrica, las amplias perspectivas, el uso de juegos de agua y estatuas, crearon el imponente marco del «Grand Siècle».

Debido a esa combinación, el arquitecto de jardines, crea una «perspectiva ralentizada», todo se hace más espacioso a medida que se aleja de la vista principal, que es el castillo. De manera que los jardines parezcan más grandes y compactos que lo son en realidad, un trampantojo. 

A lo lejos, se impone la estatua de Hércules Farnèse, sueño de Le Nôtre, materializado por Sommier, que se erigió en el siglo XIX, según planos del arquitecto de jardines. Es de bronze (que se tapizo en 2008 de hojas de oro), Antes de llegar a ella se esconde una sorpresa de dos estanques, con magnificas tallas que no se observan hasta llegar a ellos. 

Además, en estos jardines, se estreno una obra del famoso escritor Molière (Jean Baptiste Poquelin) «Les Fâcheux» primera comedia-ballet con música de Lully para la fiesta del rey Luis XIV, el 17 de agosto de 1661. Mecenas de arte y letras, Fouquet acogía a Perrault, Corneille, Jean de La Fontaine… Este último, guardo gran amistad y defendió durante su procesamiento que duro tres años a Fouquet, que tras ser encarcelado, murió de forma extraña. 

También, el arquitecto Le Vau creo en este castillo con audacia un nuevo estilo: el corredor de distribución que no existía hasta entonces y dedico una sala solo para las comidas: La salle des Buffets. 

Ineludible, el domo ovoide es una proeza arquitectónica, culminante a 5m de altura, con impresionantes vistas de todo el dominio. Un estrecho corredor permite circunvalarlo y tener vistas de 360 grados. 

Ahora, la visita al sótano, permite descubrir la cocina y la cava. Una escenografía inmersiva nos ofrece participar en los preparativos de esa celebre fiesta para el rey, acompañando al cocinero Vatel, en toda clase de manjares. El visitante tiene la misma visión del Grand Salon que la tuvieron en su día el rey y los invitados a la fiesta. Dado el corto periodo de tiempo y la urgencia, no se logro terminar el fresco y quedo encalado de beige.

El proyecto de Charles Le Brun para el techo abovedado del Gran Salón de Vaux, nunca llegó a realizarse debido a la detención de Fouquet. Al final de las obras de restauración del Gran Salón de Vaux-le-Vicomte, de 18 metros de largo y 18 metros de alto, un sistema de video proyección, compuesto por 21 videoproyectores ha permitido reproducir digitalmente el enorme cuadro de 380 m² que el pintor había previsto para el techo. ¡Un proyecto innovador y tecnológico!  Aparece el emblema de la familia Fouquet
la ardilla. Fascinante e hipnotizante. Admito que me quede a contemplarlo como mínimo tres veces.

Un castillo que hechiza tanto por su interior, como por el largo paseo, por sus sublimes jardines, sembrados de fuentes y estatuas. Lastima, por culpa de la meteorología, no pude disfrutar de la noche de las candelas. Se ilumina todo el castillo y los jardines con velas, lo que le confiere un halo mágico, si que recorrí su interior a la luz de las velas. Sensación única que te devuelve a tu infancia cuando estudiabas las obras de Molière o recitabas las fábulas de Jean de La Fontaine. No hay excusa para no volver!

 

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Hasta la próxima aventurer@s!!!