Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido: Cascada de la Cola de Caballo por la Senda de los Cazadores y la Faja de Pelay
Durante nuestra primera visita al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el puente de octubre del 2020, nos prometimos volver, para descubrir su magnificencia, con otras rutas, desde una perspectiva diferente. Lo cual hemos podido cumplir, este verano 2021, con varios itinerarios. Existen multitud de opciones para asombrarnos de su belleza y encantos, solo pudimos programar cuatro y no nos resistimos a volver más adelante, para completar el puzle de este paraíso, al que llevamos, ya en el corazón y para siempre.
Durante los meses de verano, el transito de vehículos está prohibido hasta la Pradera de Ordesa. Desde el pueblo de Torla, suben cada día, a partir de las 06 de la mañana, autobuses. Quedando cerrado, cuando se alcanza el aforo de 1800 personas (Mejor madrugar, para poder visitarlo y así evitar también las horas de mucha calor, para los ascensos). En el siguiente enlace, disponéis de toda la información referente al autobús.
A continuación, el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo, así como la ficha técnica de la ruta:
ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTE:
Nos dirigimos desde Broto, un pueblo muy bonito, en el que estábamos alojados, con su famosa cascada del Sorrosal, hacía Torla, donde aparcamos el coche en el parking, para coger el autobús.
Una vez bajados del autobús, avanzamos hacia la pradera y en las primeras indicaciones, que encontramos tomamos la senda de Los cazadores/Faja de Pelay (a la derecha). Cruzamos el puente sobre el río Arazas. Emprendemos una larga subida en zig-zag por este sendero, a través de un bosque, despuntando el día. El camino es bastante pedregoso. En algunos tramos, han formado escaleras de piedras o escalones de madera.
Entre algunos claros, apreciamos unas vistas fabulosas, que van cambiando, conforme subimos. Así como, una variada vegetación.
Además, la senda no para de ascender. Con algunas pendientes muy pronunciadas y con piedras sueltas. Mejor realizar esta ruta en este sentido. No tardamos en alcanzar una cabaña, cerca del mirador de Calcilarruego.
Desde este balcón, las vistas son indescriptibles. Las primeras luces del sol iluminan con juegos de luces y sombras, todo el valle y las imponentes paredes, que lo flanquean.
De hecho, nos encontramos a 2232m. Nos asombramos por la inmensidad del valle de Ordesa, con el río Arazas, sus cascadas y sus fantásticas y majestuosas formaciones. Las sensaciones son increíbles e inolvidables.
En realidad, nos cuesta abandonar el mirador, pero debemos proseguir por la senda de los cazadores. Es un sendero cómodo al principio, con multitud de flora, que colorea el camino. Un tapiz silvestre de enorme belleza. En poco tiempo, se vuelve pedregoso.
Algunos tramos del camino están bañados, por la sombra de los pinos e intercala una pisada cómoda, sobre tierra, con otras de piedras. Descubrimos una pequeña fuente, regalo del deshielo.
Al poco tiempo, el sendero de tierra se vuelve más estrecho y las vistas se ensanchan. Es la faja de Pelay, un gozo. Una explosión de colores y una sensación inmensa de libertad, nos invade, ante las abrumadoras vistas del valle pintado de oro.
Esta parte del recorrido es el paraíso del Edelweiss, una flor escasa, preciosa. Nos sorprendió la cantidad de esta valiosa y hermosa planta. No olvidemos, que debemos preservar y respetar la flora.
Si levantamos la vista, observamos algunos miradores en la cima. Seguimos avanzando. La meteorología de ese día prevenía alguna tormenta y conforme va transcurriendo la mañana, las nubes se asoman.
Poco a poco, emprendemos la bajada. La cortina de agua de la cascada de la Cola de Caballo es visible desde tan lejos. Volvemos a un camino pedregoso.
En pocos minutos, alcanzamos el valle. Mucha gente se agrupa bajo la cascada. El valle es acogedor en todas las épocas del año. Su color madura en otoño, para ofrecernos nuevas tonalidades, más cálidas.
El regreso, lo realizamos por la pradera, donde podemos admirar un paisaje asombroso, con algunas cascadas más finas, rebaños de vacas y hasta el canto de las marmotas.
Ahora, bordeamos el río Arazas, y seguimos hasta llegar a las gradas de Soaso, siempre espectaculares.
Nos dirigimos hacia el bosque de hayas, donde empieza a llover. Seguimos hasta la parada de autobús, donde paró el aguacero, dando por finalizada esta preciosa ruta, llena de encantos y contrastes.
Una ruta fantástica en todos los sentidos, repleta de belleza, Muy colorida, que despierta todos los sentidos, Enamoran su orografía y biodiversidad. Un agradable paseo por el paraíso. Recomendable para los meses veraniegos, que nos deja con ganas de más.
A continuación, os dejamos, nuestro video del canal YouTube, así como los enlaces a nuestras fotografías en Facebook, y los tracks de Wikiloc y Relive:
Hasta la próxima aventurer@s!!!
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