Sierra Espuña: senda del caracol – Morron de Alhama – Valle de Leyva

Nuestra segunda ruta por la Sierra de Espuña, es de las míticas y quizás más populares. La que uno no se puede perder, para llevarse en la retina multitudes de estampas de los heteróclitos paisajes que descubre. El poder alcanzar la impresionante escalinata que dibuja la senda del caracol, merece un poco de esfuerzo, pero la recompensa vale con creces la pena. El Morrón de Alhama brinda unas espectaculares vistas sobre la cuenca. Asimismo, casi como un oleo distinguimos los barrancos de Gebas. En cuanto al Valle de Leyva, las imponentes paredes son un rincón mágico, para los que las contemplan y todo un reto  para los escaladores.

A continuación, el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración antes de emprender actividades de senderismo, así como la ficha técnica de la ruta:

ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES

Nos dirigimos hacia la localidad de Alhama de Murcia. La carretera tiene muchas curvas, ganamos altura hacia las Casas de la Marina y la Fuente del Hilo. Pasamos por delante de un albergue juvenil (en otros tiempos, era un Sanatorio para curar la tuberculosis), para llegar al área recreativa de La Perdiz. Os dejamos en el siguiente enlace, las coordenadas para aparcar el coche: 

Enlace aparcamiento

El entorno es muy bonito, idílico para pasar un rato con la familia y hacer picnic. Cerca se encuentra también, un restaurante, otra opción. 

Empezamos la ruta en sentido horario, dirigiéndonos a las escaleras de troncos. Seguimos por un pequeño sendero, entre los pinos, hasta ver una bifurcación con un camino pedregoso, a nuestra izquierda, por donde emprendemos una subida pronunciada hasta un collado. 

La zona está más despejada por un cortafuegos, que seguimos por un sendero que desaparece en algunos tramos entre vegetación de maquis.

Mientras subimos, paramos para echar una vista atrás y descubrir la inmensidad del paisaje. Poco a poco, vamos ganado altura y encontramos una antigua senda en zig-zag, que nos permite atravesar en horizontal la pronunciada cuesta.

Proseguimos por esta senda y caminamos hacia la derecha. Nos adentramos en la Cuenca del Valle de Leyva, con sus imponentes paredes. Este tramo hasta llegar a la Senda del Caracol está invadido por la coscoja y otra vegetación, así como pequeños desprendimientos que dificultan un poco el pisar, debemos extremar las precauciones. 

El sendero es muy pedregoso, tenemos una vista privilegiada sobre el valle y la pared del valle de Leyva, que nos regala un corazón, y algunas curiosas formaciones. 

No tardamos en llegar a los pies de la Senda del Caracol. Impresiona el trabajo para poder construir esta vía por la ladera de la montaña. Una pedrera escalonada en zig-zag que permite alcanzar sin demasiado esfuerzo la cima. 

No sabemos de donde toma su nombre la senda, pero me gusta pensar que la montaña ha mimetizado un caracol en su pared colindante. Desde luego, las vistas son fascinantes.

Desde la cima, las panorámicas son asombrosas y apreciamos todavía mejor la pared que resguarda el valle de Leyva.

El camino pedregoso sigue su rumbo ascendiendo un poco más para alcanzar la altiplanicie de la sierra de Espuña. Las vistas desde esta meseta son impresionantes. 

Observamos a lo lejos, la garita donde se encuentra el vértice del Morrón de Alhama. Abandonamos la senda y giramos en un pequeño camino para ir subiendo hasta allí. Las panorámicas de este lugar son sublimes. Apreciamos las formaciones de los barrancos de Gebas, que parecen de otro planeta, casi irreales.  

Tras disfrutar un buen rato de las vistas tan espectaculares, emprendemos nuevamente la marcha por el mismo camino y a la bifurcación seguimos por el sendero todo recto. Ahora, nos guían los indispensables hitos. 

Poco a poco, vamos descendiendo y llegamos a unas ruinas, donde nos sorprende unas fantásticas vistas del valle y del barranco de Leyva. Seguimos hasta enlazar con la pista. 

Si bien tomamos algún atajo por senda marcada en paralelo a la pista. Giramos a la derecha antes de llegar a la cadena. Encontramos un nevero  casi camuflado por la vegetación. 

Proseguimos el camino y nos encontramos con amontonamientos de tala de pinos. Un poste indicativo nos dirige al sendero del Berro. 

Nos detenemos unos instantes para contemplar dos tablones que se encuentran cerca del puente, es curioso conocer quien se ha comido una piña dependiendo de como se ha quedado después del festín, será una ardilla, un piquituerto o un ratón de campo? El puente colgante es muy peculiar, te sientes transportado a la época de los dinosaurios, a ver si encontráis su huella, nosotros sí lo hicimos. 

Un poco más adelante, se encuentra una mina donde hay una balsa para recoger agua. Nuestro último punto antes de regresar a la área de La Perdiz es el Mirador del Barranco de Leyva.

Una ruta bellísima. Disfrutamos mucho de sus contrastes, su ambiente, su sosiego y su valor paisajístico. Percibimos unas cabras montesas y los vuelos de vigilia y de picado del halcón peregrino, que no pudimos captar por su destreza y habilidad en esconderse, pero nos quedan bien anclados en el recuerdo. 

Os dejamos a continuación, los enlaces a nuestras fotografías en Facebook, y los tracks de Relive y Wikiloc:

Hasta la próxima aventurer@s!!!