Tossal de la nevera desde l’ Avellà
En el primer puente del mes de diciembre del 2022, decidimos pasar unos días de desconexión y relax, en un lugar idílico, rodeado de montañas, a unos pocos kilómetros de la población de Catí (Castellón). Tras el túnel, llegamos al Balneario de l’Avellá.
Los orígenes de l’Avellà datan de hace casi cinco siglos, aproximadamente alrededor del año 1550.La leyenda lo cuenta así: «Por el camino que baja del Prigonet caminaba una vieja leprosa acompañada de la mano de un niño. Iba a Salvassòria a implorar a Santa Lucía, abogada contra los males de la vista. Al pasar cerca de la fuente escuchó una suave voz de la Virgen invitándola a lavarse los ojos en la fuente. Entonces se produjo el milagro. La anciana recuperó la vista y la salud. Fue corriendo al pueblo para contar el milagroso suceso. El pueblo decidió construir en este lugar una capilla para honrar a la Virgen…»
Esta tradición originó la devoción por la Virgen de l’Avellà de los catinenses que levantaron una ermita para implorar su protección. Posteriormente construyeron un ermitorio, una fonda y una casa de baños, origen del balneario actual.(Fuente:www.cati.es)
Por nuestra parte, nos hospedamos en los apartamentos La Glorieta, «donde el tiempo descansa tranquilo», muy cerca del Balneario. Nuestra primera ruta, de hecho, la iniciamos desde este mismo enclave.
A continuación, os indicamos el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo, así como la ficha técnica:
ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTE.
Seguidamente, os dejamos las coordenadas, donde aparcamos el coche, delante de Casa La Glorieta, casa rural y apartamentos de montaña:
Emprendemos la marcha desde el hospedaje por un sendero a la izquierda. El caminar es cómodo y La vegetación de maquis, nos permite unas vistas muy bonitas de los alrededores.
Poco a poco, alcanzamos el collado del Campanerets y con una suave ascensión, llegamos a unas escaleras hechas con troncos
En el siguiente tramo, bordeamos paredes de piedra, bajo la faja de la montaña.
Pronto, aparecen las primeras cabañas de piedra seca, bastante bien conservadas. Nos adentramos en un pequeño bosque de carrasca, que confiere a este enclave, algo mágico
Proseguimos en el cómodo sendero, con algunos altos para visitar estas barracas ancestrales y embelesarnos con las estupendas vistas.
El cielo va cambiado de color, con la aparición de multitud de nubes. «Las barracas revisten gran interés por sus singulares características constructivas. Las piedras, generalmente calizas, cortadas en lajas o preparadas en bloques, se ajustan y ordenan entre ellas sin ninguna clase de argamasa, mezcla o cemento, configurando un compacto refugio que aísla de los elementos atmosféricos adversos (viento, lluvia, frío o calor).»
«En el horizonte, campos vallados por paredes de piedras acumuladas ordenadamente delimitando modestas áreas de cultivo y en ellos un elemento constante cuya silueta entronca estrechamente con el entorno llegando a fundirse con él: la barraca o caseta, singular construcción atemporal, legado cultural de nuestros antepasados en un paisaje construido y modelado por la intervención humana.»
En breve, otro collado, el de la Foyeta, una planicie sin casi vegetación. Un ganado de vacas están pastando a sus anchas y nos observan, más detenidamente a Fosca, cuando cruzamos cerca de ellas. Bellezas en estado puro.
La abundancia de roca caliza de la zona permitió crear muros para sostener los bancales, paredes para delimitar las fincas y casetas con varias finalidades. «Piedra sobre piedra, a lo largo de los siglos, los diferentes pobladores han ido transformando el paisaje, creando kilómetros de muros, miles de barracas cubiertas con falsa bóveda, aljibes, balsas, neveras…»
Ganamos altura poco a poco, para alcanzar el punto geodésico del Tossal de la Nevera (1286m). Las vistas son espectaculares.
Si la meteorología lo permite, se puede vislumbrar panorámicas sobre las tierras del Maestrat y Els Ports. Así como, algunas siluetas emblemáticas como les Moles de Xert, El Penyagolosa, la Serra d’Irta…
Desde el punto geodésico, seguimos las flechas pintada en amarillo en una roca que nos dirige a un estrecho sendero pedregoso por la derecha. Bajamos moderadamente hacia la Nevera del Tossal.
El depósito es conocido también como Nevera del Tossal y Nevera del Tossal de Gibalcolla. El primer permiso del Ayuntamiento de Catí para construir una nevera fecha del 10 de junio de 1592. La Nevera Vella fue construida en 1636, por Juan Bueso, e Vinaròs. Se trata de un deposito con carácter comercial. La nieve se llevaba en mulos hasta Catí, donde en carruajes, seguía su trayecto hasta el litoral. Requiere de una urgente restauración, ya que es una de las neveras más importantes de la provincia. (Fuente: www.catimenu.com)
Continuamos por el caminito, que nos dirige al collado de la Foyeta para anudar este pequeño bucle de la vista a los puntos más altos de esta ruta.
A lo lejos, advertimos una manada de caballos pastoreando en un paraje muy bonito. Nos detuvimos un momento para participar de este ambiente bucólico.
En pocos metros, alcanzamos la barraca que visitamos a la ida, junto al grupo de vacas que ahora descansan acostadas en el suelo, plácidamente, pero siguen vigilando a nuestra peluda.
De regreso, retomamos el mismo camino, que ahora, nos parece más corto, pero igual de ameno.
Ruta relajante, agradable y entretenida. Un enclave para descubrir. Tuvimos la suerte de observar los majestuosos y hechizantes vuelos de buitres y águilas.
L’ Avellà es hoy un lugar de descanso para los turistas que desean un silencio tan solo roto por el brotar de las aguas de la centenaria fuente protegida por dos magníficos chopos centenarios. Descubrir este recóndito y singular paraje nos invita a viajar a l’ Avellà donde la mente olvida las preocupaciones y el espíritu y el corazón alivian sus males.
La actual ermita se construyó a principios del siglo XVIII, sustituyendo la anterior del siglo XVI. De su interior destacan las pinturas de Pascual Mespletera que cubren la bóveda y las paredes del Santuario.
Histórica y legendaria fuente que era ya conocida por los musulmanes, muy apreciada en toda la provincia. El agua brota de una fuente de roca calcárea, donde la tradición oral sitúa la milagrosa aparición de la virgen. El manantial de agua minero-medicinal, declarada de utilidad pública en 1928, posee propiedades curativas para la piel y el riñón, excelentes propiedades físico-químicas que unidas a la tranquilidad del lugar, son una fuente de salud para el visitante.
Visita imprescindible en Cati, cuna de trufa, quesos y turrones para hacer acopio de estos manjares.
A continuación, os dejamos los enlaces a nuestras fotografías de Facebook, así como los tracks de Wikiloc y Relive:
Hasta la próxima aventurer@s!!!