Subida al Peñagolosa
Aprovechamos nuestra estancia de unos días en Puertomingalvo, para realizar esta magnífica ruta, que todo amante de la naturaleza y el senderismo, debería efectuar al menos una vez en su vida. Se trata de la subida al Peñagolosa. El pico más alto de la provincia de Castellón y el segundo de la comunidad valenciana, con una altura de 1813 metros.
La ruta no es difícil, debido a que está muy bien señalizada, puede ser un poco dura para gente, que no esté acostumbrada, puesto que es todo cuesta arriba. Hay quien sube en coche, hasta la falda de la montaña y realiza una ruta relativamente corta. Nosotros preferimos caminar un poco más y disfrutar del entorno tan maravilloso, que rodea la montaña. Concretamente, salimos desde el Santuario de San Joan de Peñagolosa. Un lugar rehabilitado, en modo de refugio, para los montañeros. Desde allí, subimos por el Barranco de la Pegunta, el cual tiene una senda botánica con muchas especies identificadas y explicadas en los distintos paneles, que nos iremos encontrando. Un lugar de ensueño, en un bosque mediterráneo.
A continuación, os indicamos el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo:
ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES
Se trata de una ruta lineal, subimos y bajamos por el mismo camino y se tarda aproximadamente unas 3 horas.
Para empezar la ruta tenemos que dirigirnos al Santuario de San Joan de Peñagolosa, lugar donde aparcaremos el coche, os dejamos con la ubicación de Google Maps, para que no tengáis problema en llegar:
UBICACION SANTUARIO SAN JOAN DE PEÑAGOLOSA.
Podemos dejar el coche unos metros antes de llegar al santuario, en un pequeño parking, desde donde empieza la ruta, o llegar hasta el santuario y aparcar en su amplio recinto y luego volver unos metros atrás, hasta el anterior, para empezar el ascenso.
Desde el parking, ya empezamos a ver señales, que nos indican el camino a tomar. Realmente es fácil, solo seguir el sendero cuesta arriba. Nada más empezar a caminar, observamos una panorámica de la imponente cima, que aguarda nuestra llegada.
En pocos metros, llegamos al Barranc de la Pegunta. Seguimos la senda botánica, en gran parte junto a un riachuelo, que añade más magia de la que ya tiene el paraje.
El ascenso empieza por una senda de tierra, que atraviesa un frondoso bosque. Vamos encontrando postes informativos de las distintas especies de plantas autóctonas, que habitan el lugar. Tras unos minutos de ascenso, el camino se vuelve un poco más pedregoso y aparece un pequeño riachuelo, que nos acompaña durante un tramo corto del recorrido.
Durante el trayecto, nos encontramos con postes, que nos recuerdan, que estamos en el buen camino hacia la cima del Peñagolosa. Ahora, atravesamos la zona de la Bañadera. Una zona sombría y fangosa, por la que parece, que pasa algún río subterráneo, que humedece toda la tierra.
En poco menos de una hora, llegamos a una explanada, donde anteriormente os hemos informado, que mucha gente sube en coche, para ahorrarse este primer tramo, que hemos realizado. Giramos a la derecha, siguiendo las indicaciones de los paneles.
En esta explanada, Marie no pudo resistir la tentación de fundirse con la naturaleza, simbiosis perfecta! (y de paso relajarse un minuto).
Un poco más adelante, arribamos a una zona abierta, donde encontramos algunos coches aparcados. El camino se bifurca y tomamos el de la izquierda, para emprender la subida, hacia la cima del Peñagolosa. Eso sí, empieza con una fuerte pendiente, donde las raíces de los árboles sobresalen de la tierra, quedando al descubierto formando lo que parecen venas.
Conforme ascendemos, podemos apreciar las vistas panorámicas de la zona, que nos rodea, las cuales son realmente impresionantes.
Cada vez se aprecia más el desnivel, ya sea si miramos, hacia abajo, como si miramos hacia arriba.
El último tramo de subida es un continuo zig zag, el cual se agradece, para que no sea tan duro. Estos últimos metros, debemos ir con cuidado, puesto que el terreno es de piedra suelta . En la subida posiblemente no lo notéis, pero en la bajada es muy fácil resbalar.
Finalmente, llegamos a la cima, la cual nos ofrece unas vistas espectaculares de toda la zona. Hay que extremar la precaución y no aproximarse demasiado a los límites de las rocas, ya que a la otra parte de la cima las paredes son verticales.
Una vez coronada la cima, nos atrevimos a subir al punto geodésico, alcanzando la altura máxima de 1813 metros. Las vistas y panorámica, desde aquí, son vertiginosas.
Aprovechamos para comer en la cima y descansar unos minutos, hasta emprender el regreso por el mismo camino. Durante la bajada, tuvimos la grata sorpresa de encontrarnos con una familia de cabras montesas, las cuales se mostraban curiosas y asustadizas a la vez.
Una ruta, muy recomendable, en un maravilloso entorno, donde toda la familia puede disfrutar de una agradable jornada de naturaleza. Llena de contrastes, sorpresiva. Nos lo pasamos genial. Gozamos de risas y sensaciones únicas. Precioso enclave de bosques, de los que estamos enamorados. Se puede realizar con mascotas, sin ningún problema. Nosotros la hicimos un domingo y nos encontramos con familias, niños y perritos.
A continuación, os dejamos, el enlace a nuestras fotografías en Facebook:
Hasta la próxima aventurer@s!!!
©texto de Marie-Carmen Calatayud Benavent