Salto de Chella
Muchas veces tenemos auténticas maravillas cerca de casa. Rincones idílicos para relajarse y para los más atrevidos, darse un buen chapuzón. Este 27 de abril del 2024, optamos visitar el espectacular Salto de Chella, otra de las joyas de la Canal de Navarrés. El itinerario es corto, pero entretenido. Además de esta impresionante cascada, el lugar cuenta con otros encantos. Un microclima que favorece una exuberante vegetación que rodea el enclave, así como las ruinas de una antigua central hidroeléctrica. Como fuimos a la aventura, nos costo un poco averiguar por donde iniciar el descenso a este mini paraíso.
A continuación, os indicamos el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo, así como la ficha técnica:
ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES
Nos dirigimos a la población de Chella, hacía el final del pueblo, para aparcar cerca del parque de la Fuente.
Lo cruzamos y callejeamos un poco para subir al mirador del Salto desde donde oteamos la cascada y todo el paisaje que la rodea.
Al salir del Parque de la fuente, giramos a la izquierda y seguimos las marcas blancas y amarillas, que nos conducen por unas escaleras a la derecha hacia una área de picnic. Desde ese punto, proseguimos la marcha hasta el Mirador del Salto. Impresionante panorámica de la zona.
Luego, iniciamos la bajada un poco pronunciada por un sendero con barandilla de madera. Cuidado con la gravilla. Cuando arribamos a la carretera, en nuestro track de wikiloc, andamos un pequeño tramo por curiosear a la izquierda y volvemos al puente. Allí, a la derecha se encuentra una casa en ruina, que nos ofrece una vista privilegiada del barranco. Justo cuando dejamos esa casa a la derecha, encontramos una pequeña senda que nos adentra en una exuberante vegetación.
«A principios del pasado siglo XX, todo el entorno donde hoy se sitúa el Salto de Chella vivió su edad de oro al servir de base para fábricas de papel, molinos y la ya desaparecida fábrica de la luz». Durante el descenso por el camino podemos apreciar parte de ellas en un ambiente de cuento de hadas.
Ahora, debemos extremar las precauciones y más si se va con niños. Hay muchas paredes en ruinas y pozos diseminados por toda la zona. La naturaleza ha vestido de verde todo los vestigios de piedra. Un lugar por descubrir
Nos aproximamos a la «Cueva que Llueve», llamada así por las numerosas filtraciones de agua de la cascada que han ido modelado estalactitas y estalagmitas.
Proseguimos la marcha a través de una frondosa vegetación debido al micro clima de este paradero. En un abierto podemos otear a lo lejos la cascada.
En uno de los tramos, unas rocas obstaculizan el paso pero no entraña demasiada dificultad. Otros debido al agua se encuentran con bastante fango. Vamos avanzando…
para alcanzar un rincón idílico para relajarse y evadirse. Una imponente e impresionante cascada de 25 metros que desemboca en una preciosa poza. Ahora en abril, el agua está bastante fría, pero hemos presenciado algunas personas más atrevidas, nadando. Eso si, siempre con precaución.
Este enclave invita a quedarse a contemplarlo. Una experiencia a la vez refrescante y sosegada. Un pequeño paraíso.
Nos costo bastante irnos de este paraje. Regresamos sobre nuestros pasos, hacemos un alto para unas cuantas fotografías en el antiguo molino. Al llegar a la carretera, proseguimos por la derecha hacía las Cuevas del Turco. En origen eran unos graneros originarios de cuando los bereberes colonizaron el territorio entre los siglos VIII al XIII. Posteriormente, los musulmanes los usaron de refugio ante los cristianos.
Son un conjunto de entre 15 y 20 covachas excavadas en la pared a gran altura, con gran similitud a las que se encuentran en Bocairent. Su acceso se hacia mediante cuerdas, que una vez recogidas, imposibilitaban subir a cualquiera, ya que la más baja estaba a más de 10 metros desde la base de la pared.
Tras la visita a las cuevas, retrocedemos por carretera hacia el parque de la Fuente y hasta el coche.
Una ruta preciosa. Rincones idílicos y encantadores. Nos debemos de volver a visitarlo y disfrutarlo. No hay ninguna excusa, al estar cerca de casa! Asombroso, un descubrimiento, que nos ha seducido. Un recoveco paraíso!
A continuación, os dejo el enlace a mis fotografías en Facebook, así como el track de Wikiloc:
Hasta la próxima aventurer@s!!!
©texto de Marie-Carmen Calatayud Benavent