Egipto 2024. Cuaderno de bitácora: Wadi es-Seboua – Dakka – Meharakka

Egipto. Marzo 2024. Apaciblemente, el barco sigue su rumbo por el Lago Nasser, tras las visitas a Abu Simbel, cerca de la frontera con Súdan, Amada y Derr, el próximo destino es Wadi es-Seboua (Valle de los Leones), donde tenemos previsto visitar los templos de Wadi es-Seboua, Dakka y Meharakka. Unos monumentos que fueron salvados como tantos otros de las aguas. Una barca nos traslada desde el «Steingenberger Omar El Kahyam» hacia la orilla. Continuamos a pie hasta el primero de los monumentos, luego seguimos paseando por un camino arenoso con el lago Nasser a nuestra derecha y el desierto a nuestra izquierda, hacia el descubrimiento de vestigios testigos de tantos cruces de civilizaciones, que han imprentado su huella para la Historia. 

Templo de Wadi Es-Seboua

El magnífico templo forma parte de la historia del Nuevo reino de Egipto en la Baja Nubia. Fue construido por el faraón Amenhotep III y Ramsés II lo restauró. El dromos del templo de Ramsés II estaba jalonado por ocho pares de esfinges que evocaban el nombre del lugar, Valle de los Leones, y daba acceso a un pilono flanqueado por dos colosos de Ramsés II, uno de los cuales yace en la arena cercana. Un patio con pilares osíridas delimita la parte excavada del templo.

El templo, que honra a Ramsés II, destaca por sus construcciones de arenisca, enormes pilones y detallados relieves. Las enormes estatuas de Ramsés II sentado en su trono adornan la fachada y dan la bienvenida a los visitantes a este impresionante lugar.

En la primera parte del templo, hay una sala de culto en la que hay una roca tallada de unos 6 metros, y frente a ella hay un edificio de ladrillo y una sala a medio pintar. Fue construido  para la adoración del Dios Amón. Durante el gobierno de Amarna, Amenhotep III expandió el templo agregando algunos trabajos de desarrollo a la estructura.

Alrededor del siglo V d.C., el templo se convirtió en una iglesia cristiana. Donde algunos de los dibujos del templo estaban cubiertos con capas de mariscos para ocultar los dibujos de los antiguos dioses egipcios. No obstante, esta capa conservó las pinturas originales, especialmente el Lugar Santísimo en lo más interno del templo. En el patio exterior, el rostro de Amón se cubrió a la imagen de San Pedro. Cuando se quitaron las capas, los dibujos mostraban a Ramsés II, entregando flores a San Pedro.

Templo de Dakka 

Antes de arribar al El Templo de Dakka y próximo a Wadi Es-Seboua, a la derecha cerca de la orilla del Lago Nasser, se pueden observar ruinas, vestigios de las capillas que se extrajeron de Qasr Ibrim y expuestas aquí.    

El templo grecorromano de Dakka, dedicado a Toth de Pnoubs, fue iniciado en el siglo III a.C. por el rey etíope Ergamene. Varios Ptolomeos y emperadores romanos trabajaron en este lugar de culto, que fue terminado por el emperador Augusto. El eje del templo corre paralelo al río. Un gran pilono permite entrar en el recinto y avanzar hacia el santuario atravesando el pronaos y dos salas.

Se puede subir a la cima del pilón para disfrutar de unas vistas impresionantes de los alrededores, que incluyen el lago en una dirección y el desierto en la otra. 

Templo de Meharakka 

No muy lejos del templo de Dakka, se sitúa el templo más pequeño de este enclave: el de Meharakka. Consagrado a Isis (Hathor) y Serapis (dios alejandrino, un híbrido de Osiris, Apis y Zeus), data de la época romana y quedo inacabado. Sus vestigios más importantes son los de la sala hipóstila. Es el único templo que tiene una escalera de caracol.

Sin embargo, dado que se sabe que la construcción de templos declinó en Nubia después del gobierno de Augusto, el templo de Meharakka podría datarse en su reinado. La única parte de la estructura que se terminó es un patio rodeado por columnas en tres lados. El templo consta de una habitación: seis columnas en el lado norte, tres columnas en los lados este y oeste y seis en el lado sur unidas por muros pantalla.
Los capiteles de las columnas nunca se completaron. 

Tras la visita a estos impresionantes templos, regresamos al barco, donde nos espera un espectáculo tras la cena, por tratarse de nuestra última noche en el «Steingenberger Omar El Kahyam». Mañana nos dirigiremos hacia Asuán, donde nos esperan el enclave de Kalabsha y los templos de Mandoulis y Belt El Wali…

 

A continuación, os dejo el enlace a mis fotografías en Facebook: 

Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud – @alustriel27

Hasta la próxima aventurer@s!!!