Egipto 2024. Cuaderno de Bitácora. Los Colosos de Memnón. Valle de los Reyes. Templo de Hatshepsut. Valle de los artesanos

Egipto 2024. En esta última jornada, «condensamos» las visitas a monumentos y templos, cuanto más asombrosos, cerca de Luxor. Los colosos de Memnón, el Valle de los Reyes, con una mini tempestad de arena, el templo de Hatshepsut, la mujer faraón. (Puesto que la tumba de Nefertari en el valle de las Reinas, se encontraba en restauración), optamos por el Valle de los Artesanos, una segunda opción que nos dejo fascinados por su peculiaridad y belleza, así como el templo de Karnak, que redactaré en la próxima entrada. 

Los colosos de Memnón

Los Colosos de Memnón son dos gigantes estatuas gemelas hechas de piedras que representan al faraón amenhotep III, con las manos en las rodillas y mirando al Sol Naciente, situadas en la ribera occidental del Nilo, frente a la ciudad de Luxor. Se construyeron hace 3.400 años. En la parte baja están esculpidas dos figuras más: su madre, la reina Mutemwiya, y su esposa, la reina Tiy. 

No obstante, hay que decir que son seis los colosos hallados en esta zona. La segunda pareja tiene 15 metros de altura y, la tercera, 11 metros. Actualmente, se está restaurando y levantando todo el conjunto, incluyendo parte del templo de Amenofis III, totalmente destruido por un terremoto en el año 1.200 a.C. Cuenta la leyenda que a partir de entonces, el otro coloso comenzó a “cantar” cada mañana al amanecer. A principios del siglo III, el emperador romano Séptimo Severo reconstruyó la estatua y su gemela se silenció. (Fuente: egipto.net)

El Valle de los Reyes

Accedemos al Valle de los Reyes con un tuk-tuk y en medio de una mini tempestad de arena que venia desde el Cairo. Cabe destacar que este lugar es visitado por multitud de turistas y las colas abarrotan las entradas y salidas a las tumbas.

La necrópolis real, el Valle de los Reyes, llamado en la antigüedad «El Lugar de la Verdad», permite descubrir las tumbas de los soberanos de las dinastías XVIII y XIX. Al pie se alza la puntiaguda cima de la montaña tebana, una auténtica pirámide natural, tanto por su forma, como por su función. Alberga unas sesenta tumbas reales numeradas por orden de descubrimiento, pero no todas están permanentemente abiertas al público. 

Como es la tumba real?. En este universo cerrado y oscuro. El tema general representado en las paredes no hace una ilusión de la vida cotidiana, sino que se refiere sólo a diferentes capítulos de los libros sagrados: libro de la apertura de la boca, libro de lo que hay en el más allá, libro de puertas… su función era ayudar al difunto a superar los obstáculos durante su travesía por el inframundo. También veremos representado el difícil circuito realizado en la oscuridad: se trata de una lucha real que el difunto debía liderar. Ayudado por las fórmulas rituales adecuadas y guiado por los dioses, para finalmente renacer como Osiris y Ra. (Fuente : Gallimard)

Tumbas de Ramsés IV

Es destacable, la delicadeza de la ejecución de las decoraciones de esta tumba (nº 2). La cámara del sarcófago, a su vez cubierta de textos mágicos y figuras de Isis y Neftis. Tiene un techo astronómico, donde están representados Nut y la lista de decanatos. La tumba fue utilizada en el siglo V como iglesia. (Fuente: Gallimard)

Tumba de Ramsés I

La angosta tumba en la que entró Belzoni, como la gran mayoría de tumbas del Valle, había sido saqueada en la Antigüedad y la halló prácticamente vacía. De hecho, solo pudo llevarse un par de estatuas de madera, unas pequeñas figurillas en forma humana con cabezas de chacal, mono y león, e incluso una figurilla femenina con una tortuga por cabeza, posiblemente el hallazgo más curioso. Sin embargo, el enorme sarcófago de granito rojo que presidía la cámara funeraria no contenía los restos del soberano para quien fue excavada la tumba, que resultó ser Ramsés I, el fundador de la dinastía XIX (1292-1191 a.C.) padre de Seti I y abuelo de uno de los faraones más famosos de la historia: Ramsés II. (Fuente: www.historia.nationalgeographic.com.)

Tumba de Seti I

Algunas tumbas merece la pena su visita, aunque el precio de la entrada sea un poco elevado. Es un privilegio haber podido contemplar el testimonio de esta civilización después de tantos siglos. No pudimos ver la tumba de Nefertari, puesto que ese mes estaba cerrada al publico, por mantenimiento. Pero tuvimos la suerte de poder maravillarnos con la visita de la tumba de Seti I. Estuvimos prácticamente solos para descubrir sus magníficos y excepcionales frescos, empaparnos de la solemnidad del lugar, de su magnificencia. Una experiencia singular e irrepetible! 

Fue descubierto por Giovanni Belzoni en 1817. Encontramos los siguientes elementos en su diferentes camaras y niveles: Calidad de la decoración en relieve pintada; túnel profundo que desciende desde el suelo de la cámara funeraria; techo abovedado de la cámara funeraria; primera aparición de la Letanía de Ra ampliada; decoración de todas las cámaras. El libro de las Puertas, rey con dioses, ritual de Apertura de la Boca, escenas astronómicas; el Libro de la Vaca Celestial; la Letanía de Ra; el Imy-dwat. Pasear por sus pasillos y admirar sus jeroglíficos y relieves con claves mágicas para alcanzar la vida eterna, es una vivencia única!

Esta tumba (nº 17) alberga una decoración excepcional: pasillos y habitaciones esculpidos y pintados se suceden a lo largo de unos 120 m. En el primer pasillo, el rey aparece con traje ceremonial delante de Rê-Harakhty, ilustrando el episodio de las letanías del sol. Luego siguen varios textos funerarios, incluido el Libro de las Puertas en la sala de la tumba, con un techo pintado en una bóveda celeste.

Templo de Hatshepsut

La primera impresión que es de ser un edificio moderno, aparentemente sobrio, incrustado en un imponente acantilado. Hatshepsut fue una reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto.

En aquella época, los faraones hacían construir, además de su tumba, un templo funerario algo alejado de ésta, que sirviera a un mismo tiempo para proteger y recordar al difunto. Hatshepsut escogió el paraje de Deir el Bahari para edificar su templo de millones de años  y encargó la tarea a su arquitecto favorito, Senenmut.

El resultado final fue envidiable, construido al lado del templo de Mentuhotep II, el de Hatshepsut es una de las joyas del Antiguo Egipto y uno de los destinos más visitados por los turistas. Conocido por aquel entonces como el Dyeser-Dyeseru (el sublime de los sublimes), su estructura en forma de largas terrazas y de rampas con suave inclinación, de estilo similar al de Mentuhotep II. Le hacen fundirse a la perfección con la roca y el entorno. Uno de los misterios en dicho templo, radica en un sector sellado como una caja en la pared en que se puede observar por un lado a Hatshepsut en actitud amatoria y a Senenmut, en la otra cara, como receptor de la pose amatoria de la reina, lo que deduce un íntimo vínculo (prohibido por su linaje) entre el arquitecto y la reina-faraón.

En 1881, los Abd el-Rassul, una familia de saqueadores de tumbas, condujeron a los investigadores a un fascinante descubrimiento arqueológico: un lugar oculto en las montañas de Deir el-Bahari donde los sacerdotes de la dinastía XXI habían ocultado las momias de importantes faraones del Reino Nuevo.

La explicación hay que buscarla en los poderosos sacerdotes de Amón que gobernaron Tebas durante la dinastía XXI. Quienes, para evitar los continuos saqueos de tumbas del Valle de los Reyes, decidieron trasladar los restos de los sepulcros violados a un lugar más seguro, un escondrijo o «cachette», como se denomina en francés. (Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.)

El Valle de los Artesanos

El Valle de los Artesanos es la necrópolis de Deir el-Medina, donde están enterrados los constructores de las tumbas del Valle de los Reyes. Vivían en un poblado construido especialmente para ellos, para mantenerlos apartados del resto de la población y así preservar los secretos de las tumbas reales. Hoy quedan vestigios con sus ruinas. 

Tutmosis I (1504 -1492) fue quien construye, en una zona desértica. Hoy se conoce bajo el nombre de Deir el-Medineh (que en árabe significa «monasterio de la ciudad»). El pueblo fue ampliado varias veces.
Fue Amenofis I (y no su hijo), quien era considerado por los artesanos como su principal benefactor, y que se beneficiarían, al igual que su madre, la reina Ahmes-Nefertari, de un culto muy popular dentro de la comunidad.

El pueblo era un pueblo real institucional destinado a recibir a la comunidad de los trabajadores asignados a la creación de la casa de la eternidad del monarca reinante, también de las reinas y príncipes, así como a sus familias. Se encuentra a medio camino entre las dos áreas de la necrópolis tebana elegido para albergar a los entierros de estos personajes de alto rango: el «Valle de los Reyes»  y el «Valle de las Reinas. (Fuente: www.artehistoriaegipto.com)

Anherka

Inerjau era el maestro en el lugar de la Verdad y director de las obras del Señor de las Dos Tierras (en resumen, el capataz responsable de los equipos de trabajadores) durante los reinados de Ramsés III y Ramsés IV. Un periodo de agitación social que acabó con la primera huelga de la historia. Su tumba es una de las mejor conservadas en este valle de los artesanos. Decoraban sus tumbas con las pinturas sobrantes, recreando escenas de la vida cotidiana. 

La tumba TT359 posee unas pinturas de gran calidad: en la primera sala están representados varios faraones y reinas del Imperio Nuevo, como Amenhotep I y Ahmose-Nefertari, a los que Inerjau y su esposa Uabet rinden respeto, así como escenas familiares del matrimonio. En la segunda sala, hay distintas pinturas de Inerjau y Uabet adorando a los dioses, así como textos del Libro de los Muertos. Una de las paredes fue cortada y trasladada al museo de Berlín, lo que dañó considerablemente la tumba. (Fuente: wikipedia) Como tanta expoliación. 

Toda la superficie está decorada con gran delicadeza, con imágenes sobre fondo amarillo.
Las pinturas de la cámara del sarcófago se encuentran en buen estado y se mantienen prácticamente intactas. Por el contrario, las de la primera sala están bastante deterioradas.

Las otras tres tumbas, localizadas en Deir El-Medina, pertenecieron a Imn Nakth (TT 218), a Nebenmaat (TT 219) y a Kha’Emteri (TT 220), quienes ostentaban el mismo título durante el reinado de Ramsés II: Servidores en el Lugar de la Verdad. Este título se aplica a alguien (por ejemplo, un artista) que trabajaba en la decoración de las tumbas reales del Valle de los Reyes. 

Será el ambiente, el lugar, los colores que dan vida a tan solemne sitio, las reminiscencias de tantas civilizaciones, misterios, historias…pero la visita al Valle de los Reyes, de los Artesanos y Templo de Hatshepsut, te hacen sentir como una exploradora. Espectadora privilegiada de los pensamientos y creencias plasmados en los monumentos funerarios a través de los frescos y pinturas. Un testimonio, cuyos vestigios han traspasado el tiempo y como querían los faraones, han alcanzado la eternidad. Fascinante Egipto!

A continuación, os dejo con el enlace a mis fotografías en Facebook: 

Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent – @alustriel27
Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent – @alustriel27

Hasta la próxima aventurer@s!!!