Cullera: Mar y montaña. Ruta panorámica de Cullera

Para nuestra última excursión del mes de septiembre 2020, escogimos una ruta que armonice la dualidad de la tierra y el mar. En la Comunidad valenciana, existen muchas que se asemejan a este patrón. Ese fin de semana, optamos por la ciudad de Cullera. Dada su facilidad y acceso (con vehículo) en algunos tramos, nos cruzamos con muchísima gente. Es una zona turística, muy concurrida. Ideal para realizarla en familia y con niños. Si el tiempo lo permite, podemos finalizar la ruta bañándonos los pies en el mar. La primera parte del itinerario nos brinda unas panorámicas fabulosas de la zona de Cullera y alrededores. La segunda bordeamos el pueblo bien sea por el paseo o por la playa. 

La ruta tiene unos 15 km que realizamos en 6h aproximadamente, parando a comer.

A continuación, os indicamos el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración antes de emprender actividades de senderismo: 

ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES

Seguidamente, os indicamos las coordenadas, donde aparcar el coche: 

Enlace al aparcamiento

Desde la playa del Dosel, donde hemos aparcado temprano (la zona se llena bastante), subimos por las escaleras que se encuentran en los edificios Hawái y Las Villas y poco a poco, ganaremos altura para enlazar con otros escalones, que nos trasladan al pie de la cresta del «Volcán de Cullera» . Desde aquí podemos disfrutar de la primera panorámica de la zona playera y Marjal de Cullera.

En pocos metros a nuestra izquierda la pista asfaltada nos lleva hasta un portal que se encuentra cerrado al público, se trata de la «Cueva del Volcán». Retrocedemos y tomamos el sendero, que nos lleva por el lomo de esta colina. Pronto, el panel indicativo señala la dirección a seguir para el «Cim de Cullera», el Castillo y Santuario.

Seguimos el sendero que no presenta ninguna dificultad para pasear y observar las vistas extensas de la zona a través del maquis y acompañados por algún que otro insecto. 

Divisamos desde la altura la planicie de los cultivos y la playa. 

Continuamos serpenteando los lomos hasta llegar a otro panel. Pronto observaremos a lo lejos el Centro meteorológico y solo nos quedaría una hora para llegar al Castillo.  

Nuestra senda va cruzando matorrales vestidos de coscojales, lentiscos, brezos, tomillo y romero para alcanzar la «bola» del tiempo. Desde aquí nuestra peluda Fosca no se quiso perder la panorámica, eso sí guardando las distancias y con precaución. 

Bajamos el sendero por detrás del Centro meteorológico y las imágenes son de la parte derecha del lomo de las colinas, donde están colocadas las letras del letrero que se ve desde otras perspectivas con la palabra Cullera.

Nos encontramos al lado del «Alt del Fort» y la muralla isabelina, se trata de un conjunto monumental ( en ruinas pero en fase de restauración) situado en la cima y que data de las guerras carlistas.  Punto estratégico durante siglos, dado su dominio visual tanto terrestre como marítimo. 

El camino detrás del «Alt del Fort» nos conduce bajando suavemente por medio de arboleda de pinos hacia el Castillo y el Santuario. 

Llegamos al Castillo. Desde aquí apreciamos las torres y el Santuario. Bajamos a la esplanada a por la fotografía de rigor con los cañones. Este lugar está muy concurrido. 

Logramos convencer ( y no es fácil) a nuestra peluda para que bajase las escaleras de hierro para escudriñar la torre octogonal. Una corta ida y vuelta, para volver a la esplanada del Santuario. 

Tenemos una vista privilegiada de la ciudad desde el mirador. Tomamos el camino del calvario para bajar, este camino de cruz pasa por delante de la Torre de la Reina Mora. 

Callejeamos unos cuantos metros para llegar a la playa y emprender el tramo que bordea el mar. Debido a que nuestra perrita venía con nosotros, tuvimos que hacer ese tramo por el paseo marítimo. 

La «Bahia de los Naranjos»  está bastante concurrida, todavía hay gente bañándose. Nos detuvimos a comer y observar algunas gaviotas juguetear. Luego, pasaremos por varias playas: «Playa de San Antoni», «Playa del Racó», » Playa de Cap Blanc», «Los Olivos», La isla de los Pensamientos»

Bajamos a un pequeño mirador, bastante acogedor, parecía un balcón sobre el mar, pero lamentablemente muy descuidado ( Lleno de colillas, una vergüenza).

Algunos miradores tienen escaleras que nos asoman directamente al mar, con el riesgo de quedar, al estar un poco bravío, con  una buena remojada. 

Pasamos delante de la «Cova del Dragut» pero no entramos. Subimos por unas escaleras que contornean el museo y alcanzamos otro mirador muy bonito que nos permitió relajarnos un momento frente a la inmensidad del mar sobre unos bancos. 

Desde aquí bajamos poco a poco y recorremos por la acera peatonal unos cuantos metros, disfrutando de las vistas para llegar al Faro y bajar por una senda que nos acerca a las rocas que dominan el mar y a la playa del faro. 

Nos detuvimos un ratito para regocijarnos con la exhibición de un «skysurfista» y unas olas cada vez más impresionantes. 

La excursión llega a su fin y nos invade la misma nostalgia que emana de la estatua mirando el mar desde  tierra firme. 

Fotografía de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent

Volvemos a la playa del Dosel donde se encuentra aparcado el coche. 

Una ruta entretenida, con vistas espectaculares.  Apta para toda la familia y con niños, que disfrutaréis si tenéis ocasión de realizarla. 

A continuación, os dejamos el enlace a nuestras fotografías de Facebook, así como los tracks de Wikiloc y Relive: 

Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent – @alustriel27
Track de Wikiloc
Track 3D Relive

Hasta la próxima aventurer@s!!!

Texto de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent