Bil bo – Bilbao
Bil Bo o Bilbao, es una ciudad efervescente que fusiona lo clásico con lo moderno de forma sutil. Su Historia, su ambiente, su cultura, su vida cerca del río Nervión le confiere un aura que atrae a multitud de turistas. La estancia de dos días, este septiembre del 2024, me pareció corta. Un recorrido de día, la visita al prestigioso museo Guggenheim y un paseo romántico por la noche tras una suculenta cena, bordeando el Nervión… Una ciudad con alma cosmopolita que bien merece otra visita en un futuro próximo.



Una pincelada de Historia
Bilbao, con el museo Guggenheim como gran símbolo internacional, es la puerta al universo cultural vasco. Una ciudad que es ejemplo a nivel mundial de transformación urbanística y que ha mantenido una cultura y señas de identidad que la hacen única y singular.
La Villa de Bilbao fue fundada en 1300 por Diego López de Haro V “El Intruso”, Señor de Bizkaia. En realidad ya existía desde el siglo anterior como núcleo poblado a ambos lados del Nervión-Ibaizabal, en el punto donde el río dejaba de ser ría, en el último vado antes de su desembocadura en el mar Cantábrico, lo que permitía un control del paso de mercancías. La fundación fue sin embargo la plasmación jurídica como villa de una parte de la anteiglesia de Begoña, el llamado puerto de Bilbao. (Fuente: www.bilbao.eus/)



Museo Guggenheim
Solo nombrarlo nos viene a la mente, su preciosa y florida mascota, Puppy que preside la entrada a tan prestigioso museo. Koons diseñó esta escultura pública con el objetivo de atraer, despertar e infundir, en sus propias palabras, «optimismo, confianza y seguridad». Antes de llegar al museo, si se accede como lo hicimos por la parte del rio, podemos observar una escultural araña (Maman de Louise Bourgeon, en homenaje a su madre tejedora) y otros monumentos, así como asombrarnos del imponente edificio que alberga obras artísticas y culturales muy variadas. Está bastante concurrido, mejor reservar las entradas (link en el titulo del párrafo).



Una se siente pequeña y abrumada cuando penetra en las inmensas salas. Cada cual se siente atraído por una o otra exposición. El contenido es muy dispar, repartido en dos plantas. Unos ascensores permiten subir a la primera planta.
Su pertenencia a una red internacional de museos le permite acceder a una extensa Colección Permanente que comprende la totalidad de los fondos artísticos de los Museos Guggenheim, incluidas las obras de la Colección Propia de Bilbao. Estos fondos se complementan entre sí y en conjunto pueden ofrecer una visión más exhaustiva y completa del arte moderno y contemporáneo.



La Programación artística del Museo comprende tanto presentaciones de la Colección Permanente como exposiciones temporales de gran calidad, que se combinan para proporcionar al espectador una perspectiva amplia y dinámica del arte de nuestro tiempo. El edificio del Museo hoy día el icono más reconocible de la ciudad de Bilbao, es una gran escultura de titanio, piedra y cristal diseñada por el arquitecto norteamericano Frank Gehry. Las galerías, algunas de sorprendentes configuraciones y otras de formas regulares, se articulan en torno a un espectacular Atrio coronado por un lucernario cenital en forma de flor metálica.



«El complejo y enriquecedor diálogo que se produce entre el arte expuesto, y la singularidad y versatilidad de los espacios propicia, en el Museo Guggenheim Bilbao, una experiencia museística única e irrepetible». Pude contemplar la materia del tiempo (de Richard Serra), Instalación para Bilbao (de Jenny Holzer) entre otras y la exposición de obras de Yoshitomo Nara.



Yoshitomo Nara es uno de los artistas más célebres de su generación. Su obra es ampliamente reconocida por las audaces y caricaturescas figuras infantiles de gran cabeza y ojos grandes tan fascinantes como en ocasiones amenazadoras, desafiantes e insolentes, o melancólicas e inseguras, que con el paso del tiempo se han vuelto cada vez más serenas y reflexivas. Si bien Nara no obtuvo una aceptación inmediata en el mundo del arte, su innovador estilo gráfico está plenamente consolidado en la actualidad.



Los personajes de Nara —sus figuras, animales y seres híbridos— son un reflejo de sí mismo, una representación plástica de sus emociones y pensamientos más íntimos, y muestran la profundidad de su humanismo. Las fuentes de su creación son recuerdos de infancia —grabados a fuego en su memoria—, su conocimiento de la música y la literatura, la historia del arte japonés y europeo —enriquecida por su insaciable curiosidad—, así como los estimulantes encuentros, llenos de empatía, que ha mantenido con personas y culturas en sus viajes por Japón y el extranjero (Fuente: https://www.guggenheim-bilbao.eus/exposiciones/yoshitomo-nara)




No dejéis de disfrutar de «promenades» por sus efervescentes y peculiares calles, así como deleitaros con sus tapas. Sin obviar, un paseo romántico, cerca del río Nervión por la noche, embeberse de la magia del ambiente y de la luminosidad del paisaje nocturno desde los puentes…una visión diferente y sorpresiva del museo Guggenheim y de sus alrededores, reflejando los espejos en el agua. Una poesía visual. Prometo volver…



A continuación, os dejo el enlace a mis fotografías en Facebook:

Hasta la próxima aventurer@s!!!
Texto de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent