Villahermosa del Río – Ruta de La Cascada del Río Carbo

Este año 2019, hemos aprovechado las vacaciones de Pascua, para hacer una escapadita y visitar algunos rincones de las provincias de Teruel y Castellón, entre ellos el pueblo de Villahermosa Del Río, en la provincia de Castellón. Una preciosa localidad situada en la falda de una colina, entre los ríos Carbo y Mayor, muy cerca de Puertomingalvo, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Del cual hablaremos en la próxima entrada, puesto que también lo visitamos, durante nuestra estancia por la zona. 

El punto de inicio de esta ruta se encuentra en la Plaza de la Iglesia de Villahermosa del Río. Se trata de La Cascada del Río Carbo. Una ruta muy cómoda y fácil de realizar, muy bien señalizada y salvo un tramo, que es cuesta arriba, el resto del camino es bastante llano.

Os indicamos, a continuación, las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de realizar una ruta: 

RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES

La ruta es lineal (ida y vuelta por el mismo camino) y el tiempo aproximado es de 5 horas ida y vuelta (sin contar el tiempo que se quiera parar comer, descansar, bañarse etc). 

Para empezar, aparcamos el coche en la Plaza de la Iglesia de Villahermosa del Río. A continuación, os dejamos, el enlace a la ubicación exacta de Google Maps: 

Ahora, tenemos que buscar la salida del pueblo por la parte de abajo, que nos lleva hacia el río Carbo. Para ello, nos situamos de cara a la iglesia y nos vamos hacia la derecha, por la calle Olmos. Llegamos a una plaza y seguimos recto por la calle de la parte izquierda. Un poco más adelante, la calle baja un poco y seguimos por la derecha, ya saliendo del pueblo, por una pista asfaltada en la que vemos indicaciones de La Cascada del Río Carbo. 

Luego, descendemos por la pista asfaltada, hasta llegar a una intersección, donde giramos a la izquierda siguiendo el río. Unos pocos metros más adelante, desaparece, dando paso a camino de piedra y tierra. Muy importante, tener en cuenta que si unos días antes ha llovido mucho, este tramo es intransitable, puesto que el camino transcurre al mismo nivel del río. 

 

Caminamos junto al río y en pocos metros, lo cruzamos sobre unas piedras bastante grandes, colocadas para acceder a la otra orilla, por la que seguiremos. 

 

Además, podríamos decir que esta ruta se divide en 3 tramos. El primero transcurre junto al río, más adelante el segundo se separa del mismo y sigue por un sendero, que bordea la montaña por arriba, y en el tercero volvemos a caminar junto al río. 

 

Unos días antes de nuestra visita, había llovido y algunos tramos, como el de la foto anterior, estaban un poco fangosos, pero pudimos bordearlos sin problemas. Algunas partes del camino pasan de tierra a piedra. 

 

La belleza del entorno, nos enamoró tanto por la variedad del paisaje, flora y fauna, así como por la calidad del agua del río, la cual es totalmente transparente. En pocos minutos, alcanzamos La Poza Los Canteles Pardos, un rincón idílico, donde en verano se puede aprovechar para refrescar. 

Frente a esta primera poza, nos encontramos con la fuente El Cura. Seguimos junto al río disfrutando del entorno rodeados de montañas, de tierra rojiza, formando una paleta de variados colores, contrastando unos con otros. Volvemos a recordar que el camino está marcado en todo momento.

 

Aquí, emprendemos una pequeña subida bordeando la montaña. El río queda a la parte derecha más abajo y el paisaje se transforma. La senda transcurre rodeada de árboles y se estrecha un poco. 

 

Eso si, en algunos tramos, podemos asomarnos (con mucho cuidado) y asombrarnos de las vistas, que tenemos del río, desde la parte de arriba. Si miramos hacia abajo, vemos que el río pasa entre las paredes de la montaña. Si miramos hacia arriba, disfrutamos de montañas pobladas de árboles dispares.

En esta parte, el camino es bastante cómodo, llano y sin piedras. Caminamos junto a paredes de color rojo, que le dan un toque especial al entorno. Unos metros más adelante, el camino se adentra en un barranco, donde la vegetación se hace bastante frondosa y el paisaje parece sacado de un cuento. 

Nada más cruzar el barranco, arribamos a la Masía Roncales y la Posada del Carbo. Dos construcciones rústicas de gran belleza, hasta las que se puede acceder en coche, por otro camino. 

En este punto, podemos decir que nos encontramos, aproximadamente, a mitad del camino. Un poco más adelante, veremos el parking de los hospedajes anteriores. Continuamos y llegamos a una bifurcación, donde tomaremos el sendero de la izquierda, que sube un poco (el de la derecha desemboca en un campo). 

 

Ahora, volvemos a caminar entre montañas, por una senda estrecha, que en algunos tramos contiene bastante piedras sueltas. Este trecho se alarga, durante poco más de media hora. El paisaje no deja de sorprendernos. 

Poco a poco, vamos bajando, hasta volvernos a encontrar con el río. En esta zona, aparecen varios puentes fabricados con troncos de madera, los cuales han sido cepillados para facilitar el paso. Nuevamente, caminamos junto al río. En algunas partes, por encima de grandes rocas. 

Más adelante cruzamos otra pasarela y en pocos minutos, alcanzamos el Pozo Negro. Otra poza, donde el agua invita a tomar el baño. Más adelante, volvemos a cruzar por otro puente. A nuestra izquierda, encontramos la Fuente la Higuera, y a la derecha sigue nuestro camino. 

En unos metros, arribamos a otra pequeña balsa de aguas cristalinas. Dejamos atrás esta charca y llegamos a un antiguo molino en ruinas situado junto al río. 

Aquí, empieza una subida bastante pronunciada, en continuo zig zag, sin sombra por un camino pedregoso, que bordea la montaña. Este es el tramo más duro de toda la ruta, aunque se puede hacer sin mayor complicación. 

 

Tras la subida, el camino vuelve a ser llano y no muy lejos vislumbramos la cascada. En pocos minutos, alcanzamos una edificación en ruinas, por donde bajamos hacia el río. Lo cruzamos por unas piedras y vemos indicaciones hacia la cascada. La cual asoma su silueta, entre la vegetación. 

Avanzamos un poco y llegamos al tramo final donde hay que escalar un poco (es muy fácil) para acceder a la cascada. La primera impresión es impactante, la cascada desprende un frescor abrumador y las vistas son realmente asombrosas. Es un rincón idílico rodeado de vegetación con aguas totalmente transparentes. Nosotros tuvimos la suerte de disfrutar de este paraje totalmente solos. 

La verdad es que merece la pena llegar hasta el final para poder disfrutar de este maravilloso entorno. Después de realizar multitud de fotografías, aprovechamos para comer junto a la cascada, disfrutando del sonido y frescor del agua, así como del baile de los peces, en este pequeño paraíso. Nos costo abandonar este fabuloso paraje. Una vez visitada la cascada, volvimos sobre nuestros pasos hasta el coche, dando por finalizada esta fantástica escapada.

Una ruta amena y enamoradiza, que gozamos mucho con su preciosa biodiversidad. Una increíble aventura repleta de risas y alegría. Un recorrido mágico, con parajes encantadores. Un inmenso recuerdo. El tiempo se paro en el rincón idílico de la cascada. Un pequeño paraíso!

A continuación, os dejamos, el enlace a nuestras fotografías en Facebook: 

Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent-@alustriel27

Hasta la próxima aventurer@s!!!