Rafelcofer: Muntanyeta del Rabat

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Solo podíamos empezar el año nuevo como acabamos el anterior, con una ruta. Sencilla, corta, pero llena de historia, un beneficioso paseo de matinal de domingo para conectar con la naturaleza, visitar el poblado ibero y la Muntanyeta, de ruta por el Rabat. (la iniciamos desde el Cementerio de Rafelcofer, donde tan solo hay un par de sitios para aparcar -también podéis empezar junto a la puerta de entrada de la pirotecnia Hnos. Borreda,) 

A continuación, os indicamos el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo, así como la ficha técnica: 

ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES

Seguidamente, os dejamos las coordenadas donde aparcar el coche, cerca del cementerio: 

Enlace al aparcamiento

Tras disfrutar del primer amanecer del año 2023 en Bellreguard, nos dirigimos a Rafelcofer, iniciamos concretamente el recorrido desde el cementerio, bordeando vergeles de naranjos. 

A los pocos metros, vislumbramos la primera parada: la ermita de San Miguel. Antes de alcanzarla, bordeamos la pirotecnia de los Hermanos Borreda.

Se encuentra en un pequeño collado conocido con el nombre de Muntanyeta de Sant Miquel. La singularidad de este collado es que todas las tierras circundantes corresponden a los términos municipales de Rafelcofer y l’Alqueria de la Comtessa aunque éste es propiedad de la Font d’en Carròs. En este lugar han sido encontrados numerosos materiales arqueológicos de diferentes etapas históricas, lo cual hace pensar que fue un lugar estratégico para las diferentes civilizaciones que pasaron por estas tierras. Su construcción se realizó en el lugar en que probablemente existían restos romanos, convirtiéndose posteriormente en mezquita durante la invasión árabe y después en iglesia – ermita cristiana.

Proseguimos la marcha tras la visita y tomamos el pequeño sendero de la derecha como nos indica un panel informativo. La zona es rica en vegetación como algarrobos y plantas medicinales como el tomillo y romero.  Tras una leve subida, llegamos a la Fuente de Quaresma. Un paraje natural habilitado para picnic. Destaca la fuente, de gran valor patrimonial, originaria del siglo V a.C., de la época ibérica.

Luego de abandonar este precioso enclave, seguimos por la senda del poblado ibero, y distinguimos algunas peculiares formaciones, como la Cueva del Bombo. 

Ahora, El sendero tiene una ascensión un poco más pronunciada. Alcanzamos un mirador, que nos brinda excepcionales vistas de los pueblos y valle. 

Nos acercamos hasta la cruz de la montaña del Rabat. Junto a ella, encontramos vestigios de un poblado ibero, un poco al abandono, que existió entre los siglos V a.C y II d.C.

Desde la «Muntanya del Rabat», apreciamos el primer revuelo de campanas del año. En algunas rutas podemos escuchar a lo lejos el retumbar de su acerosa música. Hoy, al encontrarnos más cerca de la población, pudimos grabar las de la Parroquia de San Antonio y San Diego de Rafelcofer, desde lo alto de la montaña. El toque manual de campanas español fue declarado, hace bien poco, por la Unesco:  Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Retoque de campanas de la Parroquia de San Antonio y San Diego de Rafelcofer

Rabat, aparte de la montaña, es el número de lado de la montaña, es el nombre de la partida agrícola del otro lado de Sant Miquel, que es del término municipal de la Alquería de la Condesa, pero donde tenían tierra muchos campesinos cofreros, ya desde el siglo XVII. Allí había existido un antiguo ribado o ‘monasterio-cuartel’ de musulmanes –que practicaban la yihad defendiendo la costa–, que en dialecto andalusí y magrebí podía realizarse como rabât. No en vano, la capital del Marruecos se llama Rabat y tiene un mismo origen etimológico. En los siglos XII-XIV existió aquí una alquería musulmana de esta denominación, destruida seguramente en 1364, y reemplazada en el siglo XVI por una alquería fortificada, en el sentido moderno de la expresión: una casa de campo con una torre, llamada la alquería de Rabat.

Tras relajarnos con las panorámicas del entorno, decidimos retomar la marcha por un pequeño camino pedregoso hasta donde aparcamos el coche.

Una estupenda ruta corta, perfecta para hacer las delicias de un paseo dominical en familia y mascotas. Además de disfrutar de unas magnificas vistas desde la Cruz y los Miradores. A quien corresponda, deberían conservar y cuidar el poblado ibero, tesoro del patrimonio de la zona, que se encuentra al abandono.

A continuación, os dejamos los enlaces a nuestras fotografías de Facebook, así como los tracks de Wikiloc y Relive:

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Hasta la próxima aventurer@s!!!