Congost de Mont-Rebei, escaleras y pasarelas desde parking de La Masieta.

A punto de acabar el 2019, os presentamos una de las rutas más espectaculares de las que hemos efectuado hasta el momento. Se trata de un largo paseo por el Congost de Mont-Rebei, que realizamos el 9 de Octubre, aprovechando que era festivo en Valencia. 

Es una ruta lineal, fácil de seguir, de unos 9Km de ida más los mismos de vuelta, que transcurre entre las provincias de Lleida y Huesca. Recorremos primero la zona del Congost, para seguidamente, llegar a la vertiginosa zona de escaleras y pasarelas, no apta para gente con miedo a las alturas. Hay que calcular bien los tiempos, dado que se tarda un total de entre 6 a 8 horas dependiendo de la velocidad y las paradas que se realicen a tomar fotos (algo imprescindible debido a la gran belleza del lugar). No os olvidéis de llevar abundante agua ya que en todo el recorrido no hay ninguna fuente (solamente una al final de la primera mitad al llegar a Montfalcó), y protección solar puesto que prácticamente toda la ruta transcurre a pleno sol. 

A continuación, el enlace a las recomendaciones de rigor y avisos importantes a tener en consideración, antes de emprender actividades de senderismo:

ENLACE A RECOMENDACIONES Y AVISOS IMPORTANTES

El Congost de Mont-Rebei es un desfiladero formado por el río Noguera Ribagorçana . Está ubicado entre las comarcas de La Ribagorza (Aragón) y el Pallars Jussà (Cataluña) y se puede llegar a él andando desde diferentes puntos, aunque el acceso más popular es el de «La Masieta». Un camino excavado en la roca con paredes en caída vertical de más de 500 metros permite recorrer todo el cañón al borde del precipicio y obtener vistas fabulosas que os mostraremos a continuación. Desde 1999 el Congost de Mont-Rebei está protegido y gestionado por la Fundació Catalunya – La Pedrera.

Ocupa una extensión de 600 hectáreas y se trata de un paraje de indudable valor ecológico por su flora mediterránea y submediterránea, con especies endémicas y raras, por la fauna salvaje que alberga, entre la que deben destacarse las rapaces: quebrantahuesos, buitres  águila dorada , etc., y por la belleza del paisaje agreste.

Para empezar la ruta, nos dirigimos al parking de La Masieta (al ser Octubre nosotros no tuvimos problema en aparcar gratis, pero en época estival conviene reservar con antelación), en la siguiente ubicación de Google Maps: 

Enlace al Parking de la Masieta

Al aparcar el coche avanzamos por donde nos indican las señales hasta un punto donde tenemos 2 opciones: por la izquierda subimos por la parte alta del río que (al igual que la otra opción) nos lleva hasta el desfiladero, por la derecha (si el nivel de agua lo permite) iremos al mismo sitio pero más cerca del agua. 

En nuestro caso, primero fuimos por la izquierda y al volver lo hicimos por la parte baja. El sendero de la izquierda nos conduce a una leve subida, que va ganando altura para después volver a bajar, hasta llegar al primero de los puentes, que vamos a cruzar. 

Se trata de una pasarela metálica con leve movimiento al cruzarla, aunque no presenta ninguna dificultad es cierto que la primera vez que se cruza da un poco de impresión. Nos conduce a un sendero, que nos adentra de pleno en el Congost, donde el camino se estrecha y tenemos un cable de vida, que recorre la pared para hacernos sentir más seguros. 

A partir de aquí, caminamos por el pasillo excavado en la roca, que recorre el desfiladero. Debemos ir con precaución, al no haber ninguna barrera a la parte derecha y mucha altura. Cada ciertos metros, encontramos unos bancos situados al borde del precipicio donde podemos descansar o realizar bonitas fotos. 

El camino excavado en la roca no llega a dos metros de ancho. En algunos puntos, el techo que forma tiene una altura más baja. Aproximadamente en la mitad del Congost, pasaremos por un pequeño túnel que tiene una abertura que conduce a un pequeño mirador. El paisaje es realmente salvaje. 

Poco a poco, vamos llegando al final del Congost y saliendo de la zona del desfiladero. Ahora, en el tramo de cañones, la vista es mucho más amplia. Proseguimos bordeando el río por la parte superior. A partir de aquí, el camino se vuelve más pedregoso, con subidas y bajadas. 

En pocos minutos, podemos observar a lo lejos la impresionante escalera clavada en la pared que nos espera. Tras varias subidas, empezamos un descenso más pronunciado, que nos conduce al segundo puente colgante que separa Cataluña de Huesca. Alcanzamos el puente. Giramos la vista para observar la belleza del camino, que hemos recorrido. 

Esta pasarela se mueve bastante más que la anterior. La cruzamos por encima del río con aguas turquesas. Luego, nos espera una dura subida por terreno bastante accidentado y descuidado. Superada esta ascensión, arribamos a la escalera clavada en la pared vertical, la cual hemos de bajar (y en la vuelta tendremos que subirla). 

Bajar por estas escaleras es algo angustioso, los cables que nos separan del vacío están destensados. Algunas maderas se mueven y crujen. En algunos puntos, la pared te obliga a agacharte o pegarte a los cables disparando los niveles de adrenalina al máximo. 

Por fin superamos esta vertiginosa bajada y observamos con asombro la escalera desde abajo. Seguimos la senda por el otro lado del río. En algunos tramos nos encontramos con escaleras de cemento. 

Tras unos 30 minutos, cuando ya pensábamos que la ruta llegaba a su fin nos encontramos con otra pasarela clavada en la roca de las paredes verticales, más larga y vertiginosa que la anterior. 

Superada esta segunda prueba de vértigo, seguimos avanzando para meternos en zona boscosa, durante más o menos una hora. Finalmente, llegamos a la Fuente de Montfalcó, donde hicimos un alto en el camino para comer y descansar, tras lo cual emprendimos el viaje de vuelta sobre nuestros pasos.  

En el camino de regreso, volvemos a reencontrarnos con las escaleras y pasarelas clavadas en la pared. Dejamos a vuestro criterio el decidir si da más impresión subirlas o bajarlas. Eso si, una experiencia inolvidable! Una pasada! Genial!!!

Tras ocho horas, acabamos la ruta llenos de emociones y buenas sensaciones. Un entorno asombroso, paisajes extraordinarios. Panorámicas impresionantes. Una extensa e interesante biodiversidad. En pocas palabras, una fantástica aventura, que disfrutamos muchísimo! Una excursión que se debe realizar por lo menos una vez en la vida. 

A continuación, os dejamos el enlace a nuestras fotografías y video de la ruta en Facebook:  

Fotografías de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent – @alustriel27
Video de ©Marie-Carmen Calatayud Benavent – @alustriel27

Hasta la próxima aventurer@s!!!